#02 Álvaro Rigal | Noches en el Vicente Calderón
Álvaro Rigal responde al cuestionario Keep Balling. Hablamos de Cantona, el Vicente Calderón, del fútbol como punto de unión familiar y mucho más.
Álvaro Rigal es periodista y trabaja como dinamizador editorial en Movistar Plus+. Anteriormente, ha trabajado en el área de estrategia digital de El País donde impulsó la suscripción digital de pago. Antes, ha estado más de 7 años en El Confidencial desempeñando diferentes funciones.
Álvaro nos visita para responder a algunas de las preguntas del cuestionario Keep Balling.
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¿Qué relación tienes con el fútbol?
Mi relación con el fútbol es principalmente la que tengo con mi equipo, con el Atlético de Madrid. Esta relación empieza de muy pequeño, con tres años, cuando mi padre me hizo socio del Atleti. He sido el típico niño que en las fotos de cumpleaños sale con la camiseta del Atleti. He ido con mi padre al Vicente Calderón desde que tengo uso de razón. No me acuerdo de mi primera vez, es algo que siempre ha estado ahí. Mi relación con el fútbol es sobre todo la relación que tengo con mi padre y con nuestro equipo: ir al estadio, seguir los partidos… Es algo que tiene relación con muchos momentos vitales.
Luego, mi relación con el fútbol en general no es tan grande. Es raro que me vea un partido entero de un equipo que no sea el Atleti, salvo grandes citas. No sigo la actualidad, ni otras ligas. Para mí, el fútbol está muy relacionado con la familia, mi padre, y la experiencia de ir al estadio y seguir nuestro club, que es, básicamente, lo que nos divierte.
¿Tu gol más gritado?
Hay varios. No es fácil. El más simbólico es el gol de Miranda en el Bernabéu en 2013, en la Copa del Rey. Se juntan muchas cosas en ese gol. Ganamos un título, en la prórroga y al Real Madrid. Es un título muy simbólico porque fue la primera vez que se ganaba al Madrid en 14 años. Durante mi adolescencia, nunca les ganábamos, era una especie de maldición absurda, gigante e insoportable que parecía que no se podía romper nunca. Además, tuve la suerte de estar allí, en el fondo contrario.
El gol más gritado, aunque no tiene tanta relevancia porque no vale ni para ganar un título ni un partido, fue un gol de Gabi al Madrid. Fue un partido en el Calderón que acabó 2-2 en el que Gabi chuta desde 30 metros a Diego López. Luego, en la repetición, ves que Diego López se la come, pero en el estadio eso no lo ves. No esperas que vaya a cargar el tiro desde esa distancia y que encima vaya a entrar.
¿Qué amigo, familiar o famoso escogerías para tu equipo o una pachanga?
Tengo muchos amigos y familiares con virtudes, pero si vamos a jugar una pachanga escojo a mi amigo Daniele Grasso, que además de ser buena gente, juega bien al fútbol. Daniele es periodista, un tío en el que siempre se puede confiar, muy leal, fiel, está bien físicamente, no juega mal, le pega duro y es italiano.
Ahora, si puedo escoger a cualquiera, juego con Fernando Torres. Además de ser un jugadorazo, me parece un 10 como persona, deportista, compañero y ejemplo de todo. Si llamo a Torres no creo que pueda jugar, así que me quedo con Daniele.
¿Un libro?
Esta es fácil. Los cuentos de Roberto Fontanarrosa. Fontanarrosa es un escritor argentino que tiene un montón de cuentos sobre fútbol. Existe uno que se llama “19 de diciembre de 1971” que cualquier aficionado que le guste ir al estadio y seguir a su equipo debe leerlo. El cuento se centra en una semifinal de la Libertadores entre los dos equipos de Rosario (Argentina): Newell’s y Rosario Central. Se trata de una semifinal real que se jugó en 1971, y relata todas las supersticiones que tiene un grupo de aficionados antes de un partido. El libro desvela toda la psicosis que tenemos los aficionados antes de un gran partido y nuestra forma de vivirlo. Además, es divertidísimo.
¿Un anuncio publicitario memorable?
De pequeño, años 90, anuncios de Nike. Nos flipaban a todos. El partido de las bestias contra los jugadores en el Coliseo Romano. Cantona levantándose el cuello diciendo au revoir. Todos en el recreo hemos hecho ese gesto. Hace años que no lo veo y me acuerdo perfectamente. Cantona delante del portero, una especie de diablo que estira las alas, se sube el cuello, dice au revoir y le mete el gol rompiéndole la tripa. Debió ser uno de los primeros anuncios de Nike, creó mucho impacto.
¿Un lugar que recomendarías para ver un partido de fútbol que no sea el estadio?
No soy bueno para eso. Si jugamos en casa, voy al Metropolitano. He ido toda la vida. Si jugamos fuera, lo veo en casa de mi padre. No me gusta ver el fútbol en bares. No me gusta ver el fútbol con gente que no es de mi equipo o que no lo vive con mi intensidad. No estoy relajado en ese contexto. Para mí es serio.
¿Qué odias del fútbol?
El fútbol, como fenómeno en la sociedad, es un espacio donde ocurren cosas que no te gustan y que no se toleran en ningún sitio más. En cuanto a violencia, machismo y homofobia va por detrás de la sociedad. Es así. El estadio, en cualquier contexto futbolístico, es un lugar hostil para las mujeres o para, por ejemplo, las personas homosexuales. Socialmente, todos los espacios que ocupa el fútbol son todavía muy conservadores comparados con cómo avanza la sociedad.
¿Quién te gustaría que fuera el próximo en responder el cuestionario Keep balling? 👀 Os leo.